Foto de mi madre enviada por mi hermanita Silvia |
Mi madre fue doña Alejandrina Iraida Rivera Méndez. Se llamó Iraida igual que mi abuelita. Por razones de idiosincracia de la campiña de Yanahuara, en Caraz, Ancash, ella no estudió primaria completa sino solamente hasta el tercer año. Mi abuelita invirtió la educación más en mis tíos varones. Pero igual, mi mamá fue una persona muy querida en la descendencia de la familia Rivera Méndez.
Le decían con cariño "Doña Alicha" y fue madre de seis hijos, dos mujeres y cuatro varones, quienes nos queremos mucho pese a la distancia en que nos encontramos ahora que somos adultos.
Mi mamá fue una persona muy noble, muy educada y muy laboriosa, pero que sufrió mucho cuando me tocó ir a Lima a estudiar en la universidad luego de terminar la secundaria.
Casi no podría caminar bien por el mal del reumatismo en los últimos años de mis estudios. Se deslizan algunas lágrimas cuando me acuerdo la hora que ella me veía regresar a casa y corría a mi encuentro dando pasos con el bastón que le sostenía en aquel barrio rural donde teníamos nuestra casita en medio de la campiña.
Los últimos días de su vida, tuve una experiencia muy maravillosa. Cuando estuve junto a su lecho en el hospital regional de Huaraz, tuve que cambiar su pañal y me emocioné porque los papeles se invertían. Cuántas veces ella me había cambiado los pañales cuando yo era un pequeño ser dependiente, y en ese momento a mí me tocaba ayudar a ella como si fuera mi bebita. En ese momento aprendí a valorar más a las madres.
Agradezco a Dios Todopoderoso por haberme dado una linda madre que parchaba con cariño mi pantalón de juguetón para verme bien vestido, que mojaba con sus labios su pañuelo para limpiar las manchas de polvo de mi cara, que me supo cuidar luego del gran terremoto de 1979, y que me inculcó al estudio y al trabajo desde muy pequeño en la época de pesetas y centavos.
Cuántos recuerdos me trae la vida viendo el retrato de mi madre, fallecida hace 11 años.
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