Autora: Antonella Basile – Account Manager - Raet
En los últimos tiempos, en las organizaciones se habla y
se llevan a cabo Programas de Bienestar
Laboral. Se utilizan para promover
la integración entre sectores, mantener un buen clima organizacional y, por
ende, mejorar la calidad de vida de los colaboradores. Algunas
actividades de esos programas pueden extenderse a las familias, lo que
contribuye a una mayor identificación de la persona con la empresa en la que
trabaja.
El bienestar laboral está íntimamente
relacionado con el clima laboral. El gerenciador de Recursos Humanos debe conocer el escenario en términos de clima laboral
y desempeño, de esa forma, podrá ajustar programas del sector para
apuntalar debilidades, capacitar –cuando se necesite- o bien detectar a tiempo
alguna insatisfacción, especialmente en personas que son consideradas
“talentos” dentro de la organización.
Existen herramientas, varias de ellas gratuitas, que permiten conocer el CLIMA
LABORAL dentro de una empresa. A partir de las opiniones de los empleados y
su grado de satisfacción, se obtiene información, se pueden identificar los
aspectos claves de la dinámica organizacional en un momento dado. Esos datos se analizan y se puede formular un
plan de acción a medida para mejorar productividad, rentabilidad, compromiso, etc.
Por otra parte, también hay herramientas
de alta tecnología para la EVALUACIÓN
DEL DESEMPEÑO, como por ejemplo YOUFORCE de RAET, que facilita la
evaluación de desempeño y de cumplimiento de objetivos de cada uno de los
colaboradores en forma continua. Esto último es una característica
diferencial, y muy útil, de esta herramienta, ya que posibilita realizar
ajustes en tiempo real para prevenir resultados negativos o malos desempeños.
Entonces, una vez satisfecho el tema
salarial y en un buen clima organizacional, se puede empezar a pensar en
definir Programas de Bienestar. Habrá que determinar qué es lo que le
gusta a la gente, a los diferentes equipos, qué necesitan (qué solicitan). Es importante saber sus gustos y opiniones,
de modo de poder establecer las actividades más motivadoras y lograr amplia
asistencia. Habrá que tener en cuenta a
los líderes formales de cada grupo y detectar a los líderes informales,
trabajar en conjunto para “cautivar” a los diferentes equipos en las distintas
actividades que se propongan.
Los Programas de Bienestar ofrecen
propuestas muy diversas, con incentivos monetarios o no: flexibilidad en
horarios laborales y/o home office, celebración de fechas especiales
(cumpleaños, día de profesiones/oficios, fiestas religiosas y familiares,
etc.), recreación, programas de relajación y cuidado, capacitación o cursos sobre
temas no laborales (idiomas, artes, gastronomía, ceremonial y protocolo, etc.),
campañas, concursos; jornadas culturales, deportivas, solidarias, etc.
Quienes componen el área de Recursos
Humanos deberán ser perceptivos, creativos y estratégicos. La Comunicación
es fundamental en estos programas de bienestar, tanto para saber qué quiere
o qué necesita la gente como para contar lo que se va a hacer y, así, obtener
feedback luego de cada actividad. Toda
la organización deberá estar enterada de lo que se planifica, fechas, horarios,
temas. Para esto, Recursos Humanos puede
valerse de canales formales e informales de comunicación (intranet, redes
sociales, etc.).
El área de Recursos humanos llevará a
cabo un control de gestión permanente
del Programa de Bienestar trazado, verificar si se cumplieron los objetivos
en general y con los diferentes grupos de colaboradores. Para esto, habrá que utilizar indicadores que medirán asistencia, satisfacción,
respuesta, a fin de determinar si vale la pena la inversión en el programa tal
como se propuso o hay que ajustar algo.
Finalmente, los trabajadores felices son más productivos, por ello es importante
asegurarse de que los empleados estén “contentos”, de ahí la utilización del
término “bienestar” (proviene del Inglés: welfare). Empleados
felices son más productivos y creativos; mejores líderes y negociadores;
tienen más posibilidades de casarse y tener matrimonios felices (menos
divorcios); más amigos y apoyo social; mayor resistencia ante el stress.
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