Raet “es profeta en su tierra”.
En Buenos Aires (Argentina),
que es sede de Latinoamérica, Raet cuenta con el caso de Florencia Pasqualetti Casaretto (31 años), líder de Customer
Service, a cargo de un equipo de Analistas que están pendientes de los
diferentes requerimientos de más de 300 clientes de la región, lo que significa
el gerenciamiento de más de 1.5 millones de personas de distintas empresas de las
industrias y los mercados geográficos más diversos.
“La edad no te hace millennial. Es una
forma de pensar, independiente de la edad cronológica”
–destaca Florencia sin titubeos-. “Tengo un jefe “generación X” y nos entendemos
perfectamente. Hablamos el mismo
“idioma”. Escucha, es innovador”.
Por cuestiones familiares,
hace un par de años Florencia debió trasladarse a Estados Unidos. Planteó la situación en su trabajo (Raet) y,
en lugar de “dejarla ir”, se decidió conservarla y poner en práctica la máxima
expresión del trabajo a distancia, en una organización que cuenta con toda la
tecnología para trabajar cómodamente en “la nube”, tanto a nivel interno como
con clientes.
Raet despliega una dinámica de
trabajo flexible (home-office, horario flexible, plataforma Web accesible desde
cualquier dispositivo móvil). Hoy ya se
sabe que “home-office” NO es sinónimo de “day off” sino de aprovechar mejor el
tiempo, sin las típicas interrupciones que aparecen al estar en un espacio de
trabajo convencional (teléfonos, conversaciones con los compañeros, el viajar
de casa al trabajo, tener que salir a fumar, etc.).
Florencia lidera un equipo de
“millennials”: analistas funcionales y analistas técnicos que adoptaron
metodologías ágiles de ingeniería de software como el “SCRUM” (el término
proviene del Rugby), esto es, cuando hay que responder a un cliente, si el tema
no lo puede resolver la persona que recibió la inquietud, en el equipo se
apoyan entre todos, se complementan, hasta resolver el tema y hacer una “única
entrega” en respuesta al cliente.
Trabaja por Sistemas de
“ownership” (cada uno es el CEO de su ticket), se trata de una manera de
empoderar al colaborador. Si hay alguna
dificultad, se escala. Se resuelve el tema
y, luego, el líder realiza un seguimiento para saber cómo finalizó el tema,
cómo se solucionó la inquietud del cliente.
La Comunicación del equipo es
a veces presencial y, mayormente, a través de aplicaciones y herramientas
empresariales (Wapp, Skype, intranets, etc.)
Cuando un cliente se contacta
con la empresa por alguna inquietud sobre el sistema, es lo mismo que quien lo
atiende esté físicamente en un lugar u otro, en su propio país o en el
extranjero. Sí es fundamental que
entienda su negocio y cómo ayudarlo en lo que necesita.
En lo que se refiere a “ser
jefe millennial”, según Florencia, es difícil poner límites a los “amigos” o
dar consejos para mejorar una tarea, pero es algo que se debe hacer. Ambos tienen que entender que en el trabajo
hay diferentes roles y que la observación se hace desde un plano constructivo,
para mejorar el servicio al cliente, los resultados del equipo todo.
El jefe millennial persigue el
éxito del equipo, lo alienta, lo orienta.
Los miembros del equipo tienen libertad pero deben presentar resultados porque
cuentan con todas las herramientas que necesitan para hacer bien la tarea.
“Mi
trabajo me encanta”. Esto es el
principal motor del crecimiento, del éxito de un jefe millennial y su
equipo. El millennial se
automotiva. Pone pasión en lo que hace. El millennial le pregunta a su jefe “¿qué me
falta?”, para mejorar y superarse, para crecer y desarrollarse.
El jefe millennial se suma en
todas las actividades “post laborales” que se planteen. El “after office” está abierto a TODOS: el
que está hace mucho y el que recién se une al equipo, el más destacado y el
menos. Le divierte compartir otros “espacios” con sus compañeros y
colaboradores, especialmente espacios no relacionados con el trabajo: clases de
cocina, fútbol, música, etc.
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