El mayor cuestionamiento que se ha encontrado al segundo Estudio de Impacto Ambiental (EIA), elaborado por Geoservice Ingeniería S.A.C., es que no incluye un estudio de factibilidad que especifique cómo se construirá la planta desalinizadora y su proceso de desalinización, punto clave dentro de las críticas para la instalación de la mina Tía María.
Un grupo de técnicos especializados en analizar EIA’s, revisó los 35 tomos que comprende el segundo EIA. Para empezar, el segundo EIA fue presentado el 5 de noviembre del 2013 por Southern Perú, el cual fue analizado por la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros (Ministerio de Energía y Minas) demorando nueve meses en el análisis, cuando el anterior estudio se analizó durante un año y nueve meses.
El primer punto que llamó la atención de los especialistas es que dentro del voluminoso estudio, solo se incluya 10 carillas para la planta desalinizadora, cuyo contenido es mayormente descriptivo, y no se profundiza sobre cómo se hará su construcción y el proceso específico de desalinización de las aguas, que posteriormente utilizarán para el proceso de extracción del mineral.
Los técnicos especifican que una planta de esta magnitud merece tener un anexo al EIA, donde se explique detalladamente su proceso de construcción y su funcionamiento, ya que así el equipo técnico del gobierno confirmará que tendrán la capacidad de procesar toda el agua necesaria para sus procesos de producción y no utilizarán de ninguna forma el agua del río Tambo, principal requisito para que la mina se instale en la zona.
Los técnicos que revisaron el EIA indicaron que no hay manera de saber si Southern Perú cumplirá con la desalinización del agua y no utilizarán el agua del río Tambo, si es que no presentan un estudio detallado específicamente de la planta desalinizadora.
Los técnicos recordaron que la primera vez que se rechazó el EIA fue porque este no había sido diseñado sobre la base de un estudio de factibilidad, dedicando solo páginas enteras a vagas descripciones, pero en el segundo EIA los técnicos del Estado dejaron pasar estos puntos importantes, como el estudio de factibilidad, pidiendo únicamente que aclararan en qué etapa se construirá la planta.
Un segundo punto crucial que deja con dudas a los técnicos es el de los centros de monitoreo que deberán evaluar permanentemente los niveles de contaminación en las cercanías de Tía María, ya que el polvo mineral que producirá la explotación pueda llegar a afectar los cultivos y a la población misma.
El problema con estos centros de monitoreo es que se encuentran bastante distantes de la mina misma, ya que uno de ellos se encontrará a 5.5 kilómetros de La Tapada, el tajo más relevante en el proyecto; esta distancia no podrá permitir que se pueda analizar con exactitud los niveles que la ley exige.
Un punto que tampoco se ha tomado en cuenta es que Southern Perú, en su primer EIA, consideraba la extracción de 638.082 millones de toneladas métricas del mineral, mientras en el segundo EIA consta la extracción de 650.760 millones de toneladas métricas, es decir, Southern ha incrementado la extracción del cobre en 12 millones de toneladas; consecuentemente, aumentará 165 millones de toneladas de desechos, con este incremento de la extracción.
Cabe recordar que entre el equipo técnico del Estado que aprobó el segundo Estudio de Impacto Ambiental del Southern Peru, están incluidos el ingeniero Walter Alfaro López quien formó parte del equipo de la Dirección General de Asuntos Ambientales Mineros, y Ricardo Baca Rueda, especialista en la Autoridad Nacional del Agua, ambos fueron los que aprobaron el EIA de Yanacocha, que incluía un uso indebido de ríos y lagunas para el proyecto minero Conga.
(Resumen de Reportaje de Convoca.pe, por las periodistas Aramis Castro y Milagros Salazar. http://elbuho.pe/)
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