Región Amazonas

Es opinión del editor que los egresados de los colegios privados no deben ser discriminados en las universidades públicas cobrándoseles más que a los egresados de las escuelas públicas, puesto que muchos estudiantes tienen que seguir estudios en colegios privados porque los padres de familia cooperan con la educación pública. A ello hay que agregar que existen colegios cristianos que son privados que facilitan los estudios a muchos estudiantes de escasos recursos económicos. ¿Se imaginan que sería del Estado si no existiera colegios privados? ¿De dónde saldría dinero para pagar a todos los docentes estatales? El pago en la universidad debe atender a otros criterios debidamente estudiados.
A continuaciòn se transcribe una interesante apreciación del Instituto Peruano de Economía en relación a un proyecto de ley que se encuentra en el Congreso:

El proyecto de Ley, que discrimina a las familias que hacen el esfuerzo de colocar a sus hijos en colegios privados para huir de la mediocridad de la educación pública, tendrá prioridad en la Comisión de Educación del Congreso. Su presidente considera que es una buena propuesta que hay que discutir antes de ver la forma de acelerar la reforma de la educación escolar pública para poder levantarla de la paupérrima situación en la que se encuentra (CD 04/12/2007). De esta manera se evidencia que los congresistas prefieren evitar el enfrentamiento con el SUTEP, poniéndose a discutir una propuesta que parece haber sido sacada de un libro de historia.
Esto no quiere decir que no hay que hacer algo con respecto a las universidades públicas. De hecho, lo que sucede es que ante al extremo desastre de la educación pública escolar, la baja calidad de la educación superior está pasando desapercibida. Según el informe Educación superior en Iberoamérica 2007, la calidad de nuestras universidades es tan pobre, que el 28.6% de los desempleados en el Perú tienen título universitario, porcentaje que se encuentra por encima del promedio de la región. En parte el problema es que un alarmante 96.6% del gasto público en educación superior se destina a gasto corriente y apenas un ridículo 3.4% se destina a gasto de capital, dándole más importancia a subir salarios a docentes que no necesariamente están rindiendo mejor y dejando de invertir los recursos en mejor infraestructura, modernos equipos de laboratorios y más investigación y desarrollo.
Tampoco quiere decir que no sea importante. Documentos como Calidad de la educación y crecimiento económico de PREAL reconocen la relevancia de una educación de calidad para sustentar un crecimiento sostenido que incorpore a sectores de la economía menos favorecidos. No obstante, eso no se logra discriminando a los alumnos que provienen de colegios privados, que ni siquiera es una manera efectiva de discriminar a estudiantes de más recursos, lo cual tampoco sería aceptable. Si se va a discriminar, tiene que ser por rendimiento, aplicando el modelo que se usa en países desarrollados. Preferible es que se defina que se va a cobrar a todos y plantear un sistema amplio y generoso de gratuidad a través de becas, que reconozca los esfuerzos de los jóvenes por superarse y salir adelante, así como la lucha que dan las familias de menos recursos por invertir en la educación de sus hijos.
(www.ipe.org.pe)