La población bagüina demostró una elevada toma de conciencia ambiental y fueron pocos los muñecos que se quemaron en el año nuevo. Ello es muy saludable y digno de ser reconocido. Los llamados continuos en favor del medio ambiente que hicieron algunos comunicadores sociales repercutieron favorablemente en muchos vecinos que tomaron la feliz decisiòn de no fabricar su tradicional muñeco optando por otras formas de alegrarse en el recibimiento del nuevo año.
Ya no se vio como en años anteriores una fila de muñecos en casi todas las calles y una humareda perjudicial en las primera hora de la madrugada. Esta vez se vio uno que otro muñeco en ciertas partes de la ciudad y fue notable la disminución de la contaminación ambiental.
En el distrito de La Peca, hubo concurso de muñecos pero no fueron quemados sino enterrados.





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