
En las últimas décadas, la participación de la mujer en el mercado laboral se ha incrementado debido al mayor nivel educativo y al cambio en la percepción de su rol dentro de la sociedad; sin embargo, todavía se puede evidenciar diferencias sustantivas en relación a la participación laboral de los hombres.
Así, en los últimos dos años el registro de contratos de trabajo femenino en la región Cajamarca aumentó de 14 642 mujeres en el año 2011 a 16 147 en el 2012, presentados mayormente en las ramas de servicios y comercio. Las razones que explican este mayor registro de contratos o la participación de las mujeres en el mercado de trabajo van desde el aumento de los niveles de formación hasta las situaciones de crisis económica que han afrontado las familias en las últimas décadas, obligando a las mujeres a desarrollar diversas estrategias de sobrevivencia.
La decisión de participación de una mujer en el mercado laboral depende de muchos factores, a diferencia de los hombres, ya que en ella afectan el número de hijos, la educación, estado civil, el cuidado del hogar, el nivel de ingresos en la familia, la ayuda doméstica a la que puedan tener acceso, así como cuestiones culturales, como los papeles o roles que desempeñan hombres y mujeres en la sociedad.
Sin embrago, es necesario recordar que aun se puede apreciar que la mujer cajamarquina, prioritariamente aquella de la zona rural, enfrenta muchas barreras socioculturales para su inserción al mercado de trabajo, reflejada en aspectos discriminatorios como procedencia, grado de instrucción, nivel cultural y la diferencias de ingresos, entre otros.
Por ello, la Dirección Regional de Trabajo y el Gobierno Regional de Cajamarca hacen recordar que “Mujeres y hombres merecen un trabajo decente, digno y productivo en condiciones de libertad, seguridad, equidad y dignidad humana” (DRTP Cajamarca)
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