Con la muerte de Chávez, desaparece uno de los políticos más
influyentes y polémicos de América Latina de las últimas dos décadas. Además,
deja en el aire el futuro del movimiento populista creado en torno a su figura,
con el reto de llenar un vacío inmenso. Chávez ganó las elecciones
presidenciales el pasado 7 de octubre, en una campaña en la que dosificó sus
apariciones. Debía jurar su cargo el pasado 10 de enero, pero ante la
imposibilidad física de hacerlo el Tribunal Supremo del país permitió que ejerciera
de presidente ausente. Ni siquiera tras su regreso a Caracas, el pasado 18 de
febrero, estuvo en condiciones de cumplir el trámite constitucional.
La Constitución prevé que al morir le suceda Diosdado
Cabello hasta las elecciones
Antes de partir a La Habana para operarse por última vez, el
pasado 10 de diciembre, Chávez trató de dejar la situación bajo control en
Venezuela y designó como sucesor al vicepresidente, Nicolás Maduro, un chavista
de primera hora, dirigente sindical, diputado desde 1999, ex presidente del
Parlamento y ex ministro de Exteriores, quien demostró su lealtad a Chávez
hasta el último momento. “Si algo ocurriera, que me inhabilitara de alguna
manera, Nicolás Maduro no sólo debe concluir el período, como manda la
Constitución, sino que mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable,
absoluta, total, es que en ese escenario, que obligaría a convocar a elecciones
presidenciales, ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente. Yo se los pido
desde mi corazón”, dijo Chávez en televisión en tono solemne, antes de
desaparecer para el público durante más de dos meses.
Nadie volvió a verlo hasta que el 16 de febrero el Gobierno
venezolano hizo públicas tres fotografías en las que se le veía en el hospital,
sonriente con sus hijas y un ejemplar del diario Granma como fe de vida.
Después, el secreto envolvió de nuevo al presidente al regresar a Caracas,
aunque el 18 de febrero envió tres mensajes a través de su cuenta de la red
social Twitter. En el último de ellos decía: "Sigo aferrado a Cristo y
confiado en mis médicos y enfermeras. ¡Hasta la victoria siempre!! Viviremos y
venceremos!!!". (Elpaís.com)
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