La Misión Peruana del Norte fiel al mandato dado por Cristo de predicar a toda nación, tribu, lengua y pueblo inició sus labores, allá por el año 1961. Nos remontaremos al pasado para ver el surgimiento en la historia denominacional de un campo con un verdadero espíritu misionero.
A partir del año 1900, la predicación del evangelio se inicia en el Altiplano del Perú con muchas dificultades y sacrificios debido a la intolerancia religiosa que, apoyada por la legislación peruana, evitaba el surgimiento de cualquier movimiento religioso que no sea el oficial. A pesar de muchos inconvenientes, un grupo de hermanos lacios, encabezados por José Luis Escobar, organizaron un pequeño grupo de más de diez personas en Lima, quienes fueron bautizados por el Pr. Whestphal. Para continuar con el desarrollo de la obra en esta parte del Perú, llegó el pastor Perry el año 1905.
Con la llegada del Pr. Perry; Luis Escobar, tuvo mayores oportunidades de dedicarse a la tarea de la distribución de las publicaciones, y como resultado de la misma, surgieron los grupos de Huacho, Trujillo, Contumazá, Ascope, Laraos, en la provincia limeña de Yauyos.
Los lugares de Contumazá y Ascope se mantuvieron fieles a la verdad presente, de tal manera que el año 1920 fueron considerados grupos importantes. Entre las figuras de importancia denominacional que realizaron visitas misioneras en este territorio está el Pr. Fernando Sthal quien, por razones de salud, había dejado su labor en el Altiplano. El año 1925 realizó una extensa gira por el norte del Perú llegando a visitar los grupos de Contumazá y Ascope.
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