
Los expertos indican que es un gran logro para
China y sus bancos, lo que les permitirá desarrollar más sus empresas
en EE.UU y Europa.
Las negociaciones para que el mayor banco de China
adquiriera activos estadounidenses se realizaron en enero del 2011. Sin
embargo, para cerrar la operación con éxito se necesitó la aprobación
de las autoridades reguladoras.
El
proceso tomó más tiempo del normalmente requerido. El procedimiento
estándar consiste en un periodo de 60 días de revisión de una
solicitud. En este caso, la Reserva Federal (FED) realizó un control
minucioso de los principios del sistema regulatorio de China para el
cumplimiento de las normas internacionales.
“No se encontraron pruebas de que los métodos y
normas de contabilidad de los principales bancos chinos, como el ICBC,
no sean confiables”, destaca el ente. La FED también dio permiso al
Banco Agrícola de China para abrir una sucursal en Nueva York y al
Banco de China para hacerlo propio en Chicago.
A modo de comparación, los activos del
estadounidense de JP Morgan Chase ascienden a 2,3 billones de dólares.
En EE. UU el banco chino tiene previsto ofrecer a los clientes
depósitos en yuanes. (AHUA)
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