
Como gremio que ha demostrado capacidad de propuesta en procura de un periodismo cada vez más respetable por la nobleza de su obra comunicacional diaria, este es el momento de ratificar que dicho rol debe cumplirse en consonancia con los anhelos de una ciudadanía, aun rezagada, que quiere abrir canales de representatividad en el procesamiento de demandas y en las instancias decisorias. Y eso es factible divulgando, con apego a la verdad, la presión social por democratizar realmente el sistema político y los vínculos con que el Estado asigna recursos a la sociedad, movilizando el veto activo de amplios contingentes de la sociedad civil para contener la corrupción, el clientelismo o la burocratización en las cúpulas con poder de decisión. Solamente así, transmitiendo éticamente lo que es cierto, el periodista puede contribuir al logro de un sustrato político adecuado al desarrollo con equidad.
Es evidente que el Perú está escribiendo una nueva historia y que nosotros los periodistas somos los portadores del mensaje de una nueva época. Esto en un siglo donde la información y el conocimiento se globalizan y, en consecuencia, la ciudadanía mayoritaria demanda nuevas políticas sociales y económicas, con un nuevo sentido común democrático que permita construir un Estado real de Ciudadanía.
Saludamos en este día singular a los y las periodistas de todo el territorio nacional, sin discriminaciones ni marginaciones. A los miles de compañeras y compañeros de profesión el abrazo fraterno más cálido, no sin antes hacerles recordar que nuestro trabajo de informar con la verdad, es el alimento espiritual que demanda el alma colectiva de nuestro pueblo. Honremos el honor de ser periodistas y el orgullo de ser peruanos.
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